lunes, 1 de julio de 2013

7.4 La Vía de Edgar Morin.


Ø  Regeneración del pensamiento político.
La política es un arte; por numerosos que sean los conocimientos en los que se basa, sigue siendo un arte, no sólo por la imaginación y la creatividad que exige, sino también por su capacidad de afrontar la ecología de la acción.
El arte de la política es el que determinará que predomine el uno o el otro. Al mismo tiempo, el arte de la política, que tiene como misión alcanzar un ideal humano de libertad, igualdad y fraternidad y abrir la Vía que salve a la humanidad del desastre, debe llegar a un compromiso con la realidad para modificarla.
La acción política se ha basado siempre, implícita o explícitamente, en una concepción del mundo, del hombre, de la sociedad y de la historia, es decir, en un pensamiento.
El pensamiento político debe ser necesariamente complejo, es decir. Debería basarse en una concepción trinitaria de lo humano (individuo-sociedad-especie), en una concepción compleja del individuo.


Ø  Política de la humanidad.
Se basaría en el concepto de Tierra-Patria, que supone la conciencia del destino, la identidad y el origen común de toda la humanidad.
Una política de la humanidad puede y debe asumir las dificultades que, normalmente, debería resolver el desarrollo, por ejemplo, e! problema creciente del hambre (que tratamos más adelante, en el capítulo «La alimentación»), el problema de! agua y e! de la salud, que exige el envío gratuito de medicamentos, en especial contra e! sida, a los países de! Sur. Una política de la humanidad debería encaminarse a proporcionar gratuitamente a esos mismos países todos los dispositivos productores de energía verde, como centrales eólicas, solares o mareomotrices. La política de la humanidad también es una política humanitaria a escala mundial, no sólo debe movilizar los recursos materiales, sino también a la juventud de los países llamados desarrollados, para alistarla en un servicio cívico planetario que sustituyese a los servicios militares, a fin de ayudar a las poblaciones que lo necesitaran. 

Ø  Política de civilización.
La política de civilización debería ejercerse contra los crecientes efectos negativos del desarrollo de nuestra civilización occidental, potenciando, a la vez, sus efectos positivos. No puede limitarse únicamente a las sociedades occidentales; también es válida en todas las regiones occidentalizadas del mundo. El problema planteado por nuestra civilización es de una complejidad extrema porque posee, de forma complementaria, unas características excepcionalmente positivas y excepcionalmente negativas a la vez.
Ø  La cuestión democrática.
La democracia es un sistema frágil que una crisis grave puede derribar y que necesita un largo arraigo histórico para consolidarse. La democracia necesita un parlamento representativo salido de unas elecciones, la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, pero necesita también una pluralidad de concepciones y opiniones antagonistas en la arena política, libertad de prensa, de medios y de opinión, respeto a los derechos individuales, protección de las minorías ideológicas o de origen. La democracia parlamentaria, por muy necesaria que sea, es insuficiente.
La democracia participativa permitiría discutir, a nivel local, problemas de interés nacional e incluso planetario. Este tipo de democracia puede ser e! remedio para las esclerosis e insuficiencias de la democracia representativa. 


Ø  La demografía.
La demografía no estudia sólo las condiciones biológicas del crecimiento y decrecimiento de la población, pues ambos dependen también del nivel de vida, la renta, la educación y la condición femenina en el seno de las sociedades. Hoy, el problema demográfico debe plantearse teniendo en cuenta dos aspectos: el primero es el del aumento de la población mundial; el segundo, el de los flujos migratorios. Considerando e! tema de las migraciones vemos que son, a la vez, causa y efecto de la diáspora del homo llamado sapiens por todos los continentes durante la prehistoria, incluidas las islas de Oceanía. Las migraciones no han cesado jamás durante la historia de la humanidad.


Ø  Los pueblos indígenas.
En todos los continentes, y en el seno de las naciones modernas subsisten multitud de pueblos dotados de una fuerte identidad, con su lengua, sus mitos, sus creencias; los más importantes están formados por unos miles de individuos, los más pequeños, por centenares. En total, trescientos millones de seres humanos amenazados en sus culturas y, a menudo, en sus vidas. Existe un patrimonio cultural de la humanidad protegido por la UNESCO, pero el patrimonio cultural no consiste sólo en monumentos, arquitectura, arte y paisajes, también consiste en la existencia de las sociedades humanas madres, ricas en cualidades que nosotros hemos perdido y que podríamos y deberíamos recuperar a través de ellas. 


Ø  La vía ecológica.
El ecosistema es una organización espontánea que no dispone de ningún cerebro central, de ningún puesto de mando, sino que encuentra sus modos de regulación en sus complementariedades y sus antagonismos. Su proceso de autorregulación integra la muerte en la vida y la vida en la muerte. El ciclo trófico que mantiene al ecosistema se alimenta de la muerte: existe un vínculo estrecho entre la vida y la muerte.
Las vías para responder a la amenaza ecológica no son sólo técnicas: se requiere, prioritariamente, una reforma de nuestra manera de pensar para abarcar en su complejidad la relación entre la humanidad y la naturaleza, y diseñar reformas de civilización, de sociedad y de vida.

Ø  El agua.
El agua, «madre de la vida», es constitutiva de todas las células de todos los organismos vivos, es una necesidad cotidiana para todo el mundo, es un bien común a todos los seres humanos. Sin embargo se ha convertido en una mercancía y se utiliza, cada vez más, como argumento geopolítico y geoestratégico entre los estados.
El agua es limitada, tanto local como globalmente. La contaminación física puede ser térmica o radiactiva. La contaminación térmica se debe sobre todo a las industrias, entre ellas la nuclear, que utilizan el agua como líquido refrigerante. Al provocar un calentamiento significativo de los ríos, desaparecen localmente ciertas especies animales o vegetales. La contaminación radiactiva que se produce cuando hay accidentes nucleares es extremadamente persistente. Todavía no se conocen sus efectos a largo plazo. El agua está destinada a ser cada vez más escasa, y, por tanto, económica y estratégicamente más importante.


Ø  La vía económica.
Una política de descontaminación no sólo afectaría a los residuos y subproductos peligrosos, sino que también activaría el uso de bacterias naturales y artificiales (Craig Venter) devoradoras de petróleo y de mareas negras.
La economía verde reciclaría los residuos biodegradables y sustituiría los objetos de un solo uso por objetos reparables.
También reformaría el sistema agroalimentario, reduciría progresivamente la agricultura y la ganadería industrializadas, desarrollaría nuevamente el sector agroforestal, la agricultura y la ganadería tradicionales y biológicas, incitaría a disminuir el consumo de carne y aumentar el de hortalizas y legumbres.
Ø  Desigualdad y pobreza.
Las desigualdades revisten un carácter territorial (regiones pobres/ regiones ricas), un carácter económico (de la extrema riqueza a la extrema miseria, pasando por clases acomodadas, medias y pobres), sociológico (modos de vida) y sanitario (extrema desigualdad entre los que gozan de los avances de la cirugía, de la técnica, de la medicina y los que no). También cabe distinguir entre las desigualdades ligadas a las diversidades culturales, a las diversidades profesionales (están los que lo pasan bien en el ejercicio de su profesión y los que lo sufren como una obligación) y entre las profundas desigualdades en el destino de los que van a sufrir su vida y los que la van a disfrutar. Esas desigualdades no son sólo consecuencia de la cantidad de dinero que se posee. La riqueza no hace, necesariamente, la felicidad. Pero lo que sí es cierto es que la miseria provoca la desdicha. Una política de la humanidad no tiene como misión igualarlo todo y destruir la diversidad, sino que debe plantearse las vías reformadoras que permitirían reducir progresivamente las peores desigualdades.

Ø  La desburocratización generalizada.
La desburocratización debe incluir la restauración o la instauración de! sentido de la responsabilidad y de la solidaridad; esto plantea un problema que, aunque esencial para e! Estado, lo supera por cuanto implica una reforma de la sociedad.


Ø  Justicia y represión.
La justicia, la policía y la prisión son, en principio, instituciones destinadas a impedir y reprimir una barbarie humana que tiende a corroer y a descomponer sin cesar el orden de la sociedad mediante el crimen, el delito y la corrupción. 
La corrupción.
Antiguamente, los sobornos eran una práctica corriente en las administraciones de gran parte del mundo; esa forma de corrupción funcionarial se ha incrementado con la monetización generalizada y con el deterioro del sentido de la responsabilidad.


La justicia.
En democracia, el estado de la justicia es un indicador muy fiable del estado de las libertades, de la igualdad real y de la separación de poderes.
El trío justicia-policía-prisión, bajo la apariencia paradójica barbarie/ contrabarbarie, nos lleva al centro del problema de la barbarie civilizada, que, a su vez, está en el núcleo del problema de la mejora de la vida en sociedad.

REFORMAS DEL PENSAMIENTO
Y DE LA EDUCACIÓN
Ø  Reforma del pensamiento.
La reforma del conocimiento exige una reforma del pensamiento. La reforma del pensamiento exige, por su parte, un pensamiento capaz de relacionar los conocimientos entre sí, de relacionar las partes con e! todo y el todo con las partes, un pensamiento que pueda concebir la relación de lo global con lo local, de lo local con lo global. Nuestras formas de pensamiento deben integrar un vaivén constante.
Esta reforma tiene un carácter epistemológico y reflexivo. Epistemológicamente, se trata de sustituir el paradigma que impone conocer por disyunción y reducción por un paradigma que exija conocer por distinción y conjunción.

Ø  Reforma de la educación.
No se puede reformar la institución sin haber reformado antes las mentes, pero no se pueden reformar las mentes si antes no se han reformado las instituciones.
Deberíamos sustituir el sistema actual por un nuevo sistema educativo basado en l a relación entre las cosas, radicalmente diferente, así, del actual. Dicho sistema permitiría fomentar la capacidad de la mente para pensar los problemas individuales y colectivos en su complejidad. Nos haría sensibles a la ambigüedad, a las ambivalencias, y enseñaría a asociar términos antagónicos para captar la complejidad.
La enseñanza debe ayudar a la mente a emplear sus aptitudes naturales para situar los objetos en sus contextos, sus complejos, sus conjuntos. Debe oponerse a la tendencia a contentarse con un punto de vista o una verdad parcial. Debe promover un conocimiento analítico y sintético a la vez, que ligue las partes con el todo y el todo con las partes.

REFORMAS DE SOCIEDAD
Ø  Medicina y salud
La medicina occidental aparece como la única medicina auténtica. El descubrimiento de las células madre en los organismos adultos, que constituye una promesa de prolongación no senil de la vida humana. Por eso, la medicina occidental se ha difundido por todos los continentes, relegando las medicinas tradicionales al rango de prácticas retrógradas.


Ø  Cuidad y hábitat.
El conjunto del planeta está inmerso actualmente en un proceso de urbanización acelerada Las próximas décadas deberían confirmar esta tendencia, salvo que se produzca una desaceleración, cosa improbable. La población urbana del mundo aumenta, actualmente, en un millón de personas por semana. Ese crecimiento urbano está marcado esencialmente por una afluencia de poblaciones pobres procedentes de las migraciones rurales hacia la ciudad, que ejerce una atracción que no debemos subestimar. Una población cada vez más numerosa busca en ella la solución a su miseria.
Ø  Agricultura y mundo rural.
Se ha producido un fenómeno inédito en la historia de la humanidad. El extraordinario desarrollo en la producción, la productividad y la irrigación en la agricultura ha discurrido paralelo a la dependencia alimentaria creciente de millones de seres humanos.
El problema de la agricultura es un problema planetario, indisodable de los del agua, la demografía, la urbanización, la ecología (cambios climáticos), y, naturalmente, del problema de la alimentación, todos ellos interdependientes unos de otros.
La crisis de la agricultura y la ganadería industrializadas.
Las producciones de monocultivos intensivos, con su lógica de rentabilidad a corto plazo, no tienen en cuenta los desastres climáticos, medioambientales y sociales que provocan. Así, el desarrollo de la agricultura y la ganadería industrializadas destruye las agriculturas de subsistencia, reduce la biodiversidad, asola los bosques, degrada los suelos.


Ø  La alimentación.
La alimentación está cada vez más absorbida por la industria agroalimentaria, que obedece a los criterios del lucro, la competitividad, la rentabilidad y la productividad de la economía actual. Por la presión de la competencia, las empresas agroalimentarias se esfuerzan en disminuir los costes de producción. Consecuencia: los alimentos cada vez son más pobres en nutrientes.
 

Ø  El consumo.
El consumismo presenta dos aspectos ligados y antagónicos. Por una parte, se ofrece a satisfacer las necesidades subjetivas y personales y, con ello, fomenta e! individualismo. Pero sus productos estandarizados contribuyen, de hecho, al desarrollo de un individualismo estandarizado. El individuo queda subyugado por el consumismo, que lo pone bajo su dependencia porque, en realidad, lo coloca a su servicio. Por último, el malestar, la angustia y las frustraciones propias de nuestra civilización y nuestro tiempo determinan, por una parte, un consumo compulsivo, y, por otra, múltiples adicciones e intoxicaciones.
 

Ø  El trabajo.
En un sentido amplio, se aplica también a todas las actividades profesionales, incluidas las del escritor o el artista, que «trabajan» en la creación de su obra. También se aplica al trabajo por cuenta ajena o dependiente, al trabajo del directivo, al trabajo autónomo y a las profesiones liberales. Está el trabajo penoso, el trabajo peligroso; el trabajo fastidioso y sin interés para quien lo sufre; el trabajo con el cual uno se identifica y que puede proporcionar muchas satisfacciones (el del artista, el escritor, el político, el investigador, a menudo el abogado, el ingeniero, etc.), en una palabra, el trabajo que implica iniciativa, o, incluso, reacción.

LA VÍA DE LA REFORMA DE LA VIDA
Nuestras vidas se ven disminuidas por el exceso de prosa dedicada a las tareas obligatorias que no procuran ninguna satisfacción y que va en detrimento de la poesía de la vida, que florece en el amor, la amistad, la comunión y el juego. El dinero y el afán de lucro se han extendido a campos en otro tiempo reservados a la gratuidad, al favor, al trueque, a la donación, y suscitan, en unos, la bulimia del dinero y, en otros, la angustia de carecer de él. 
De hecho, la civilización que ha prometido la felicidad y e! bienestar ha provocado malestar, pese al bienestar material, que no ha logrado traer una buena vida. Esta civilización nos ha hecho identificar bienestar con posesión.
La reforma de vida propone ir más allá de! espíritu de éxito, de resultados, de competición, no para aniquilarlo, sino para dirigirlo hacia actividades lúdicas, como e! deporte, y para regularlo a través del desarrollo de valores considerados femeninos: amor y ternura. El hombre lleva en sí potencialidades femeninas ocultas o inhibidas, de la misma manera que la mujer lleva en sí potencialidades masculinas ocultas o inhibidas.
El sufrimiento es el precio que debemos pagar para vivir. Pero ese precio sólo se puede soportar si podemos acceder a la poesía de vivir.
LA VÍA DE LA REFORMA MORAL
Los imperativos morales están presentes tanto en las grandes religiones universalistas como en el humanismo laico. Pero las religiones que han propugnado el amor al prójimo han desencadenado mucho odio, y las religiones de amor han sido capaces de las peores crueldades. El humanismo laico no ha podido disponer nunca de la autoridad de la religión, y su universalismo moral ha conocido muchas carencias y cegueras.
El ser humano se caracteriza por ese programa doble: el uno lo lleva al egocentrismo, a sacrificar a los demás; el otro lo lleva a sacrificarse por los demás, al altruismo, a la amistad y al amor. Nuestra civilización tiende a favorecer el programa egocéntrico.
La ética individual.
La ética individual requiere la integración, en la conciencia y la personalidad de cada uno, de un principio de autoexamen permanente, pues, sin saberlo, nos mentimos y nos engañamos constantemente.
La ética cívica.
Es la ética del ciudadano que debe asumir sus deberes para con la colectividad en la sociedad dentro de la cual goza de derechos.
La ética del género humano.
Si la ética universal respecto a todos los hombres parecía algo abstracto antes del advenimiento de la era planetaria, ahora, la comunidad de destino de todos los seres humanos la ha convertido en algo concreto. Todo el mundo puede actuar hoy por el bien de la humanidad, es decir, contribuir a la toma de conciencia de la comunidad de destino de todos los humanos, e inscribirse en ella como ciudadano de la Tierra-Patria.
LA FAMILIA
La familia era una micro sociedad que tenía funciones económicas, protectoras, solidarias, educativas e, incluso, religiosas. Sus miembros dejan de estar incondicionalmente subordinados a la institución colectiva; ya no se sienten unidos irrevocablemente, y pueden romper con la familia por decisión individual. Sobrevive la familia nuclear, constituida por la pareja y su progenie. Pero también la pareja está en crisis: el trabajo de las mujeres.


LA CONDICIÓN FEMENINA
Las sociedades históricas, en su mayoría, han impuesto el poder masculino sobre las mujeres, las han sometido, encerrándolas en el hogar o en los gineceos, y, en algunos casos, prescribiendo la poligamia.Naturalmente, mediante el encanto, la seducción y la voluptuosidad, la mujer sometida ha logrado a veces someter a su feroz represor; es frecuente que, en una familia sometida al padre, e! amor y e! respeto de los hijos por la madre perduren en la edad adulta, y es frecuente que la mujer dominada empíricamente se convierta en adorada y sacralizada mítica mente.  El mensaje humanista y universalista de la ilustración Reclama para las mujeres los mismos derechos que tienen los hombres en todos los campos, políticos y profesionales, se desarrolla, se generaliza y desemboca, durante el siglo xx una serie de países occidentales, en el derecho al voto de las mujeres y su acceso aún limitado a algunas carreras, reservadas hasta entonces a los varones.


LA ADOLESCENCIA
Entendemos que la adolescencia es la edad socio lógicamente situada entre e! nido protegido de la infancia y la entrada de los adultos en el mundo profesional.
El adolescente es el eslabón débil de la sociedad: sale de la infancia, aspira a la existencia plena, aún no está integrado en el mundo adulto del trabajo, y, en él, fermentan aspiraciones, revueltas y angustias. El adolescente es el eslabón de la cadena social en el que las debilidades del conjunto alcanzan e punto de ruptura.
Entre los adolescentes, el crecimiento de las incertidumbres sobre el porvenir personal y sobre el futuro global de nuestras sociedades favorece una desesperanza que se convierte en un aumento en los intentos de suicidio y en un incremento en el consumo de drogas. La adolescencia constituye e! fermento necesario para toda sociedad. 


VEJEZ Y ENVEJECIMIENTO
El estatus de la vejez ha cambiado. En las civilizaciones tradicionales, los viejos son los «ancianos» a los que se respeta, cuya experiencia y sabiduría se reconoce. Pero las condiciones contemporáneas (técnicas económicas y sociales) de la civilización occidental devalúan la experiencia del pasado; los conocimientos adquiridos por los ancianos aparecen como una ignorancia de lo nuevo. El anciano, antes respetado, se ha convertido en un pobre viejo que no sabe nada. Antiguamente, los ancianos vivían bajo el techo familiar con los hijos y los nietos. La desintegración de la «gran familia» ha separado las generaciones. Las jóvenes generaciones ya no tienen sitio para los viejos en sus casas ni, a veces, en su corazón. Están demasiado absorbidos y llevan una vida demasiado acelerada. Los viejos viven separados de sus hijos, pe ro, en ocasiones, pueden recuperar a sus nietos cuando los padres están de vacaciones. Los que ya no ejercen ninguna actividad ven cómo, con el tiempo, sus amigos van desapareciendo, cosa que aumenta su aislamiento.
Los esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los ancianos necesitan la presencia humana más que aparatos automáticos.


LA MUERTE
 Antes del funeral, el muerto se instala, vestido y maquillado, donde parece la máscara de un vivo. Eso no calma para nada el dolor de las familias o de los allegados, pero proporciona un camuflaje relativo a los signos externos de la muerte.
La muerte sigue siendo invencible, aunque el Cantar de los cantares afirme que el amor es tan fuerte como ella. La verdad es que el amor es muy fuerte, pero no puede vencer a la muerte. Lo que puede ayudar a soportar o a superar la angustia de la muerte, aunque no la elimine por completo.
La biología nos muestra que la vida lucha contra la muerte utilizando la propia muerte. Así, e! ciclo ecológico de vida, llamado «ciclo trófico», es, al mismo tiempo, ciclo de muerte: desde el insecto vegetariano hasta el león predador,se alimentarán de su cadáver, así como de las raíces de las plantas que absorberán sus sales minerales, los seres vivos matan seres vivos para alimentarse, es decir, para vivir. Asimismo, todo ser multicelular, como el ser humano, vive de la muerte de sus células, reemplazadas por células nuevas para mejor luchar contra la muerte, y, así, regenerarse.

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